Con ocasión del Día Internacional del Niño es bueno recordar que varios documentos consagran los derechos de la infancia en el ámbito internacional, entre ellos la┬áDeclaración de los Derechos del Niño┬áy la┬áConvención sobre los Derechos del Niño. Y por supuesto, en el ámbito nacional la Constitución ecuatoriana vigente establece algunas precisiones respecto┬á┬áa asegurar el ejercicio pleno de sus derechos en términos de integridad física y psíquica, de salud integral y nutrición, de educación, cultura, deporte y recreación; de seguridad social, del disfrute de la convivencia familiar, del respeto a su libertad y dignidad, de su desarrollo integral “entendido como proceso de crecimiento, maduración y despliegue de su intelecto y de sus capacidades , potencialidades y aspiraciones, en un entorno familiar, escolar, social y comunitario de afectividad y seguridad”
Estas son declaraciones y normas de derechos infantiles considerados inalienables e irrenunciables, es decir, que nadie puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia.┬á┬áSin embargo, la realidad, lamentablemente, nos muestra un panorama deprimente: subsiste el trabajo infantil a causa de la pobreza,┬á┬áhay escasez┬á┬áy mala calidad┬á┬áde muchas┬á┬áinfraestructuras escolares, a excepción de las no muy numerosas escuelas del milenio; desmotivación e insuficiente preparación de┬á┬ámaestros, violencia intrafamiliar, patrones culturales, permisividad social,┬á┬ádesnutrición, etc.
Ciertamente que desde el sector oficial se han hecho esfuerzos significativos en el reconocimiento y respeto de los derechos infantiles, sin embargo, como el┬á┬ámismo sector lo afirma,┬á┬áestá mucho por hacerse todavía.