El Superior de la Orden de los Dominicos, a la ┬áque se pertenece el Cura Tuárez, en una entrevista en Guayaquil aseguró┬á que ┬á“el Padre José Carlos ha vendido su alma al diablo”. Evidentemente se refería al┬á ┬ácura José Carlos Tuárez, actual presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) que llegó a tan alta investidura con bajísima representación popular, pues, apenas alcanzó el 7, 11% ┬áde los más de 10 millones de votos en las elecciones pasadas.
A esta altura del partido, al cura Tuárez le importa un comino lo que opinen sus superiores religiosos porque es evidente┬á que ┬áhace rato ┬áechó al cesto de la basura el┬á voto de obediencia. Igual lo hizo con el voto de pobreza, pues, según su declaración juramentada, poseía un patrimonio de USD 372 000 de dudosa procedencia. Y ningún ecuatoriano con ese patrimonio puede ser considerado pobre.┬áRespecto del voto de castidad, eso pertenece a su fuero interno y solo Dios y el diablo pueden saberlo y también las posibles parejas, hombre o mujer, con┬á quienes, en pleno uso de su derecho humano, ┬ádecidió no abstenerse del goce carnal.
Si el cura Tuárez, suelto de huesos, presuntamente, rompió┬ácada uno de los prometimientos que constituyen el estado religioso y tiene admitidos la Iglesia, como son la pobreza, la castidad y la obediencia, eso no es un delito ante el Estado laico, no ha infringido ninguna ley. Pero sí es preocupante que quien está al frente del denominado Quinto Poder, constitucionalmente llamado a “propiciar la formación en ciudadanía, valores, transparencia y lucha contra la corrupción” haya entrado por la tranquera, falsificando documentos de┬ála Facultad de Teología de San Esteban en Salamanca, de la┬á radioemisora de Baños de Agua Santa, de los requisitos para ser candidato al Cpccs y “muchas fallas en fechas y cargos”, según el superior de la orden de Santo Domingo.
Al pueblo ecuatoriano, no le interesa que el cura cumpla su oferta venida desde la inmadurez y fanatismo, desde la manipulación de la religión y la insolencia: “Vamos a exorcizar al país de sus males y limpiar su alma”. Simplemente aspira y exige que, mientras se mantenga en el cargo, ┬ácumpla con los deberes y atribuciones establecidos en el Art. 208 de la Constitución Política vigente. Y┬á si tienen las agallas siga la ruta trazada por Julio César Trujillo en la lucha contra la corrupción.