Según una información en las redes, una actriz estadounidense galardonada con un óscar comercializó velas que despiden el olor de su vagina, con aroma┬áhecha con esencia de┬ágeranio,┬ábergamota cítrica,┬ácedro,┬árosa de Damasco┬áy┬ásemilla de abelmosco. La insólita y atrevida vela, a pocas horas de haberla lanzado al mercado a un precio de 75 dólares, se agotó; y la célebre actriz hollywoodense Gwyneth Paltrow protagonista de “Shakespeare in Love” prometió a sus fans que se les notificará cuando vuelva a estar disponible la vela aromática denominada ‘This smells like my vagina’ (Esto huele como mi vagina).┬á Se sabe que┬ádecidió cambiar el nombre a┬á“vela subversiva”┬ápor “algo de pudor o verg├╝enza”. También se sabe que la actriz ┬áfue multada por publicidad engañosa respecto de ┬ásus “óvulos vaginales”┬ápara ayudar a regular las hormonas de las mujeres y negar los calambres menstruales.
A propósito de estas originales y subversivas velas, vale traer a colación el título de una película estadounidense de 1963┬áEl mundo está loco, loco, loco┬áque critica desde lo cómico,┬ála locura de una sociedad que pierde los valores y los roles cuando se trata de dinero.┬áY al parecer, con el advenimiento de la era digital, con sus ventajas y desventajas, el mundo se está poniendo cada vez más loco, sobre todo en el mundo de la oferta y la demanda, en un sistema económico donde todo es posible para posicionar productos, en un universo de locos compradores y vendedores, donde el valor de las personas se calcula en función de la cantidad de dinero que es capaz de generar y mover.
Las famosas velas ÔÇÿsubversivasÔÇÖ también pone en evidencia la vulnerabilidad de una sociedad, con escaso desarrollo de su conciencia crítica y muy proclive a dejarse impresionar por las ofertas del mercado, sin tomar en cuenta que una publicidad engañosa puede causarle daño.┬áComo ciertos fármacos que lo curan todo que se publicitan en los medios.