SOÑAR NO CUESTA NADA… El mensaje equivocado

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Por: Fedgar

La trifulca política y social que hoy se vive en Ecuador deja algo más que vías y calles bloqueadas y discursos enfrentados; deja, una profunda confusión en las nuevas generaciones.

Los jóvenes, que observan desde sus aulas, hogares o redes sociales este espectáculo de división, reciben un mensaje preocupante; ya que, miran como algo normal este tipo de actitudes, donde, se impone la voluntad del más fuerte, el más ruidoso o el más obstinado.

Lo que debería ser un ejemplo de civismo y democracia, termina pareciendo una lección de intolerancia. Los dirigentes no dialogan, los sectores se acusan, las instituciones se desacreditan, y la violencia se vuelve parte del paisaje cotidiano. ¿Qué pueden aprender de eso los adolescentes que hoy sueñan con un mejor Ecuador? Que la razón se defiende gritando, que la justicia se busca con piedras, o que la política es sinónimo de conflicto.

La juventud necesita ver líderes que escuchen, que propongan, que sean capaces de construir puentes en lugar de trincheras. Pero lo que el país ofrece hoy es un espectáculo de desgaste moral y pérdida de esperanza. Cada paro, cada enfrentamiento, cada acto de corrupción o represión sin medida, erosiona el idealismo de quienes deberían heredar el compromiso de mejorar esta tierra.

El verdadero desafío no está solo en resolver la crisis del momento, sino en recuperar la confianza de los jóvenes. Si ellos pierden la fe en las instituciones, en la justicia o en la posibilidad del diálogo, el futuro del Ecuador se vuelve incierto.

El mensaje que debemos enviar no es el del caos ni la confrontación, sino el de la responsabilidad, el respeto y la búsqueda del bien común. Solo así podremos mostrarles que vale la pena quedarse, luchar y creer en un país que aún puede levantarse de sus propias ruinas.

Sin lugar a dudas, las actitudes intransigentes tanto del un bando como del otro, generan mensajes que desdicen de la capacidad de llegar de manera madura, responsable y patriótica a consensos donde las partes beligerantes den lecciones de tolerancia y buen entendimiento.

Como soñar no cuesta nada, llamamos a los actores del caos y la tragedia para la patria y ende del pueblo ecuatoriano, a defender sus posiciones, sin caer en el fanatismo, la arrogancia y la falta de entendimiento. Siempre se ha dicho, que la unión da la fuerza necesaria, para vencer las dificultades de la vida. Desunidos, nos volvemos un país débil, frágil y sin esperanza de alcanzar días de prosperidad, felicidad y progreso.

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