EMPRENDIMIENTO
Desde el 4 de septiembre de 2017, el restaurante Sabor Campestre se ha consolidado como un referente de la gastronomía tradicional ecuatoriana. Fundado por la familia Villa, este proyecto nació como un sueño familiar que hoy se proyecta no solo en la ciudad de Riobamba, sino también a nivel nacional, destacándose por su apuesta por los sabores auténticos y las técnicas ancestrales de cocción.
La propuesta culinaria de Sabor Campestre se basa en la elaboración de platos típicos y bebidas tradicionales, preparados principalmente con leña, un método que garantiza sabores intensos, frescura y alta calidad. A ello se suma el cultivo propio de gran parte de su materia prima, realizado con respeto por la naturaleza, lo que se traduce en alimentos saludables y de origen controlado.
Más allá de la cocina, el restaurante busca ofrecer un espacio cálido y familiar, donde los comensales puedan sentirse como en casa y vivir una experiencia gastronómica que conecta con las raíces culturales del país. Cada plato y cada bebida reflejan una historia, un legado y el sabor de la tradición ecuatoriana.
Andrés Villa, uno de los propietarios, explica que la constante curiosidad de los clientes por los ingredientes de sus aliños motivó una nueva iniciativa: la creación de una línea de aliños “Sabor Campestre”, elaborados exclusivamente con productos ecuatorianos. Actualmente, este proyecto se encuentra en fase de desarrollo en laboratorio, con el acompañamiento de Sebastián Guerrero, quien asesora en temas de conservación y formulación.
La meta es que, para enero de 2026, la primera línea de estos aliños llegue a las perchas de los supermercados del país, marcando un nuevo paso en la expansión de la marca, que ya suma nueve años de trayectoria atendiendo a los comensales riobambeños. La historia de Sabor Campestre también está marcada por un logro internacional. Andrés Villa representó al Ecuador en el Torneo Mundial del Asado, realizado en Uruguay, donde el país obtuvo el título de Campeón Mundial. Este reconocimiento se convirtió en un símbolo de orgullo y en una motivación para llevar ese estándar de excelencia a cada preparación que se sirve en el restaurante.
