Ecuador ni siquiera clasificó para el Mundial Rusia 2018, sin embargo, miles de ciudadanos de todas las tendencias políticas y sexuales, de todos los estratos sociales, de todas las edades, de todas las latitudes de la patria, vibraron durante un mes,┬á┬áal conjuro de la redonda en los pies de las estrellas y astros del universo futbolístico.
Finalmente, llegaron a la lucha final en el cuadrilátero ante millones de espectadores y fanáticos de todo el planeta: Francia y Croacia.┬á┬áLa primera se llevó la┬áCopa de Rusia 2018, que le acredita el liderazgo planetario durante cuatro años┬á┬áen el deporte-pasión de multitudes. La esbelta histórica Torre Eiffel, el┬á┬áArco de Triunfo en el corazón de París, fueron entre otros los escenarios para el festejo en el clímax del delirio de los franceses que ya tienen a su haber dos copas tan preciadas. Ni la épica toma┬á┬áde la Bastilla en 1789, preludio de la histórica Revolución Francesa, ni el fin de la Segunda Guerra Mundial que marcó la caída del nacionalsocialismo hitleriano, más conocido como nazismo, ni las grandes convocatorias socioculturales que se gestaron en la Ciudad Luz en la segunda década del siglo pasado despertaron tanta pasión para el festejo colectivo.
El pitazo final del┬áMundial Rusia 2018 deja muchas lecciones y reflexiones. La fuerza identitaria de cada país representada en sus figuras deportivas; el esfuerzo, la disciplina, el orden,┬á┬áel amor a la camiseta de los 32 equipos concurrentes; los niveles de desarrollo tecnológico de la era actual que permite compartir en vivo y en directo desde los detalles del megaevento hasta visiones holísticas; las reacciones y comportamientos humanos que nos hacen ver en el espejo que somos los mismos a nivel mundial; que al final de la lucha todos nos confundimos en un abrazo de alegría o de llanto por el triunfo o la derrota. Que es mejor para el mundo hacer deporte que la guerra.
Nos toca esperar cuatro años para volver a vivir las emociones multitudinarias que ofrece el rey de los deportes.┬á┬áOjalá podamos vivir los ecuatorianos el ensueño de estar presentes en Qatar 2022