REQUISA
Una vez más, los controles dentro del Centro de Privación de Libertad (CPL) Chimborazo evidenciaron la persistencia del ingreso de objetos prohibidos. Durante una requisa ejecutada la madrugada del 16 de octubre, la Policía Nacional del Ecuador incautó una considerable cantidad de artículos no autorizados dentro de las celdas.

Entre los objetos hallados se registraron tres teléfonos celulares, un chip, una memoria USB, tres cables y auriculares, dos cargadores, un parlante de música y cuarenta cigarrillos. El operativo fue ejecutado por efectivos del Distrito Riobamba–Chambo, en coordinación con el Bloque de Seguridad, como parte de las acciones permanentes destinadas a garantizar la seguridad y disciplina en los recintos carcelarios.
La intervención se inició a las 04H00 y se extendió por varias horas, abarcando registros minuciosos en las distintas áreas del centro penitenciario, incluyendo pabellones, patios y espacios de uso común. Las autoridades informaron que la intervención formó parte de una estrategia nacional para reducir los riesgos de violencia interna y evitar el uso de dispositivos electrónicos desde el interior de los centros de privación de libertad.
En este sentido, el Bloque de Seguridad ha intensificado sus acciones en todo el país, con operativos simultáneos en varios recintos como parte del Plan de Control Penitenciario 2025. Todos los indicios fueron ingresados con cadena de custodia a la Policía Judicial (PJ), donde se realizará el respectivo procedimiento técnico de verificación y registro. “Cada elemento hallado pasa por un proceso detallado de clasificación y análisis para determinar su origen y posible vinculación con hechos ilícitos”, señalaron fuentes policiales.
La Policía Nacional destacó que el procedimiento se desarrolló sin incidentes ni alteraciones, bajo el cumplimiento estricto de los protocolos de seguridad y con respeto a los derechos humanos de las personas privadas de libertad. En Chimborazo, las requisas se realizan de forma periódica, y cada nueva intervención permite identificar vulnerabilidades en el control de ingreso de objetos, lo que impulsa a reforzar los filtros de seguridad.