Por. Eduardo Diaz A.
A vísperas de recibir el nuevo año, el Ecuador requiere un plan A, sin miramientos, complicaciones, ni búsquedas de un plan B, el objetivo es claro, recuperar la Institucionalidad, devolver la razón identitaria en el territorio como Nación,
No hay vuelta atrás, ni tiempo para seguir en experimentos públicos absurdos, en planes sin estrategia, en discursos vacíos, la democracia es verdad que es pluralista, pero el liderazgo se ejerce desde el Estado, con autoridad implacable y con un compromiso al 100% visible, si la culpa es del “otro”, ya lo sabemos; pero ese axioma a más de cansarnos, es un justificativo vago y nada servible, hay que “quemar los barcos ” sin rendirse, ni retroceder, confiar en el objetivo y fin único de lo público, que es un Estado seguro, saludable y activo.
En términos de estrategia, Matt Higgins destaca que ir con todo, permite liberar el potencial máximo y superar obstáculos.
Los ecuatorianos, debemos trabajar unidos y tirar todo lo que genere caos y división por la borda, a la basura, para liberar todo nuestro potencial, que, si lo tenemos, y construir una Nación que busque la excelencia, con visión de futuro, planificación, obras y políticas públicas, enfocadas en suplir las necesidades colectivas.
¿Y, se puede? Claro que se puede, hay que redireccionar la forma en cómo se gestiona la administración pública, con enfoque acorde a los nuevos desafíos, un término muy conocido en la actualidad “design thinking” < enfoque centrado en las personas, talento y ayuda externa, combinación de proyectos grandes y pequeños, presupuesto acorde a la innovación>.
La decisión es sencilla, bajo un solo método SCAMPER: Sustituir, combinar, adaptar, modificar, proponer, eliminar y reordenar.
Lo público requiere de preparación académica, de voluntad, de ejecución sin miramientos, y lo fundamental: “De ir con todo, sin un plan B”.
