
Por. Eduardo Diaz A.
El resquebrajamiento de la función judicial se siente como un temblor estrepitoso, que colapsa, amontona y arrastra. Y, si, nueva semana, nuevo escándalo, pero esta vez ya es sacado del guion de la narcoserie “El Cartel de los Sapos”, escrito por el ex narcotraficante colombiano Andrés López López, conocido en el mundo del narcotráfico como alias “Florecita”, su guion, es un símil, a la realidad de Ecuador.
Parece ficción, pero no lo es, que la Asamblea Nacional haya votado mayoritariamente para convocar al titular de la Judicatura, parece un acto más de insolencia, que, de transparencia, lo ético sobre lo factico es, ¿Quién lo nominó? ¿por qué? ¿para qué? <determinaciones y responsabilidades>.
Lo más inconcebible es que la Función del estado lo nombró es, el CPCCS, que es parte de la “Función de Transparencia y Control Social” FTCS; las siglas rimbombantes de la ética pública suenan bien, pero están lejos de la realidad. Sobre lo jurídico de manera expresa la Constitución ordena: artículo 178 inciso segundo: El Consejo de la Judicatura es el órgano de gobierno, administración, vigilancia y disciplina de la Función Judicial; el articulo 181 numeral 5 manda: Velar por la transparencia y eficiencia de la Función Judicial.
Citada la norma, de fácil comprensión darse cuenta que no hay transparencia, vigilancia, disciplina, pero aun eficiencia, pues los tentáculos de al menos este primer capítulo dejan al descubierto un sinnúmero de patrañas, que quiebran la Institucionalidad, tuercen el derecho, corrompen el sistema e influyen en el sistema, violar un principio es más grave que transgredir una norma, porque afecta a toda la estructura maestra de la Institucionalidad Estatal, de ahí que el agravio es una afrenta imperdonable a las bases lógicas de la administración pública,
Así como las abejas producen la miel; cuidado el mismo sistema institucional sea la que produce la corrupción; <se cayó el velo, que empiece la función>.
Mas deontología jurídica y menos corrupción, así como lo expone Lou Marinoff en su obra, “Más Platón y menos Prozac”, que propone aplicar más filosofía, más amor y más ética, a la vida cotidiana.





