La modernidad┬á┬áy el desarrollo, lamentablemente,┬á┬ápasan factura en términos de inseguridad┬á┬áespecialmente┬á┬áa las ciudades grandes y pequeñas, sobre en feriados y días festivos que hay desplazamiento poblacional por razones turísticas.
┬áLa nueva realidad urbana que surge con el crecimiento poblacional trae aparejado también un crecimiento de la drogadicción, la delincuencia e inseguridad.┬á┬áLos buses, los hogares,┬á┬álos negocios grandes y pequeños son víctimas de asaltos, de amenazas de robos y atentados. En algunos casos, ciudadelas o complejos habitacionales se cercan, se cierran, contratan vigilancia privada. Las tiendas de la esquina se protegen con barrotes metálicos o de madera, de varias formas y figuras. En ciertos sectores de la urbe, transitar a determinadas horas es exponerse al asalto. Si la delincuencia que está en acecho, descubre que en determinada vivienda, habitan solo ancianos,┬á┬áles asaltan sin escrúpulos.
Se siente un ambiente de inseguridad por los cuatro costados. Asaltos, ataques, drogas, violencia de género, femicidios, abusos y maltrato a la vejez, violaciones, accidentes de tránsito┬áproducidos por exceso de velocidad o por el estado etílico del conductor, agresividad, descortesía y hasta la naturaleza hostil con lluvias torrenciales es un macabro cuadro que los medios de comunicación nos┬á┬ápresentan de forma agobiante┬á┬átodos los días en sus noticiarios.
Frente a esta realidad nacional, las fuerzas del orden multiplican sus esfuerzos para vigilar y combatir sin tregua a la delincuencia.┬áPero es preciso entender┬á┬áque si┬á┬áno hay una actitud de colaboración e involucramiento ciudadano, toda acción policial será┬á┬áinsuficiente.┬áY hay muchas maneras de dar esa contribución para protegerse de la inseguridad que nos acecha.