Historia: Primera Expedición Misionera enviada por Don Bosco

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El 11 de noviembre de 1875 por la tarde, la iglesia de María Auxiliadora de Valdocco acogió┬áuna gran celebración: el envío de los primeros diez misioneros salesianos hacia América.

Don Bosco narró al Papa Pío IX: “Soñé que estaba en una región salvaje, totalmente desconocida; era una llanura sin cultivar, no se veían montañas ni colinas, solamente en sus lejanísimos límites se veían escabrosas montañas. Vi en ellas muchos grupos de hombres que la recorrían;┬á estaban casi desnudos. Eran de altura y estatura extraordinaria, de aspecto feroz;┬á cabellos largos y ásperos,┬á el color de su piel era oscuro y negruzco y sobre las espaldas llevaban mantos de pieles de animales;┬á usaban como armas una lanza larga y una honda para lanzar piedras; unos corrían detrás de las fieras para darle cacería;┬á otros peleaban entre sí, tribu contra tribu; y un tercer grupo de batalla contra soldados blancos.

luego aparecieron en el extremo de la llanura varios grupos de misioneros de diversas comunidades religiosas y se dedicaban a enseñar el Evangelio a aquellos salvajes, pero ellos se lanzaban contra los misioneros con furor diabólico y los mataban; yo pensaba: ┬┐Cómo lograr convertir a esta gente tan salvaje?, pero luego vi aparecer otro grupo de misioneros;┬á se acercaban a los salvajes con rostro alegre y precedidos de un grupo de muchachos”.

El 14 de noviembre de 1875, tres días después del envío de Don Bosco y 13 días después de recibir la bendición del Sumo Pontífice, los 10 misioneros salesianos partían desde el puerto de Génova a la primera expedición de la congregación. Allí viajaban 6 sacerdotes y 4 hermanos coadjutores, teniendo como jefe al Padre Juan Cagliero, quien contaba por aquel entonces con 37 años. Junto a él estaba el Padre José Fagano, de 31 años, y el Padre Domingo Tomatis, de 26.

Embarcados en el vapor ÔÇÿSavoie’, los misioneros se llevarían un último mensaje de Don Bosco: “Hagan lo que puedan. Dios hará lo demás. Confíenlo todo a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y verán lo que son los milagros”. (16)

 

 

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