Día de la Madre

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En este su Día, nuestro homenaje┬á┬áa ese ser que,┬á┬áen frases de Montalvo, es “genio benéfico, ángel de la guarda, ambiente puro y saludable, inspirada y santa pitonisa…Su corazón es una fuente pura: bebamos en él para crecer sanos y virtuosos: su alma es un divino espejo; mirémonos en él para corregir nuestras deformidades. Si nos dejásemos alumbrar por ella, ┬ícuán claros resplandeceríamos! Si nos dejásemos inspirar por ella, ┬ícuán prudentes juzgaríamos! Si nos dejásemos guiar por ella, ┬ícuán rectos caminaríamos! No hay madre que no sea un sabio, cuando se trata de la felicidad de su hijo; no hay madre que no sea poderosa, cuando su hijo necesita de su protección”

En este día, hay serenatas, hay flores, has regalos, hay cenas,┬á┬ábesos, llanto de emoción entre la gratitud, el amor y la nostalgia por la madre presente y ausente. Pero ambas, las dos llenan espacios insustituibles

Y pese a ser su día, el Día de la Madre, pese a ser ella el centro y motivación de los homenajes, ella estará ahí, atenta, solícita a continuar con su rutina diaria, maravillosa rutina de amor para atender a los suyos desde la modestia o la opulencia, desde el suburbio o la zona céntrica, desde el traje elegante de ocasión o la falda desteñida, desde la riqueza y la pobreza, desde la soledad y la fiesta de ocasión┬áPorque a la hora de darse a los suyos son las misma manos, el mismo corazón, el mismo amor de┬á┬ámadre…Ese amor de todos los días y todas las horas: el amor de madre.

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