Después del más largo feriado del 2025

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

Después del más largo feriado del 2025 por el Día de los Difuntos (el 2) y la independencia de Cuenca (el 3), el ritmo cotidiano de vida retorna al país. En este paréntesis festivo se dinamizó la economía, especialmente en el ámbito turístico. Y la ciudadanía se sintió respaldada por la acción patriótica y sacrificada de la Policía y las Fuerzas Armadas en el marco de la Constitución y las leyes que cubrieron todos los espacios, sobre todo playeros, para brindar seguridad. Y gracias a la presencia de las fuerzas del orden, ojalá los índices de criminalidad hayan bajado.

Después del largo feriado, las actividades se normalizan y es posible que la fiebre política y los diálogos, negociaciones en los ámbitos políticos, los acuerdos en la Asamblea que muchos ven como el mercado para la “compra y venta de asambleístas”, logren definir la agenda parlamentaria en función de los intereses patrios.

Después del largo feriado, ojalá no haya resultados alarmantes por accidentes de tránsito con dolorosos siniestros viales en todo el territorio ecuatoriano, causados por el irrespeto a las señales de tránsito, por conductores en estado etílico, con alto grado de alcohol en el torrente sanguíneo, conductores que, sin la menor preocupación y con la mayor irresponsabilidad individual y social, circulan poniendo en riesgo su propia vida y de los demás.

Después del largo feriado, ojalá el ECU 911, las ambulancias del Ministerio de Salud Pública, las patrullas de la Agencia Civil de Tránsito y la unidad de rescate del Cuerpo de Bomberos no hayan tenido días ajetreados para atender emergencias viales. No es posible que la irresponsabilidad e incultura frente al volante riegue con sangre las vías ecuatorianas.

Después del largo feriado, que el pueblo ecuatoriano retorne a la normalidad, oxigenado, desestresado, lleno de energías y entusiasmo para seguir enfrentando la cotidianidad, más allá de las amenazas telúricas, de las secuelas del paro indígena, de la inseguridad reinante, de la corrupción institucionalizada.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email