“Después de mí el diluvio”

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Los expresidentes constitucionales del Ecuador, con vida,┬á┬ádesde sus convicciones ideológico-políticas┬á┬áy con su estilo, con cierta frecuencia hacen oír su voz, dan sus puntos de vista, opinan respecto de los problemas, realidades, perspectivas del país que, a su hora, fue gobernado por ellos, unos con más aciertos o errores que otros. Todos, desde Bucarán a Palacio, desde┬áHurtado a Noboa, desde Mahuad a Alarcón desde Gutiérrez a Correa, e inclusive Rosalía Arteaga, la única mujer ecuatoriana que llegó a la presidencia aunque sea por unas horas, han dicho algo respecto de la situación actual del país.

Todos, menos uno.┬á┬áRodrigo Borja, (1988 a 1992), decidió hacer mutis┬á┬áalejándose de la política, Muy eventualmente ha asistido a reuniones del partido que fundó y a dar charlas o conferencias sobre temas de actualidad. Su vida pública, fraguada en la lucha política, dio paso a su Enciclopedia de la Política, su obra┬á┬ámás importante de los muchos ensayos┬á┬áque brotaron de su intelecto.

Al parecer, la tremenda realidad que vivió el país durante el correato y los terribles problemas que nos ha dejado como herencia (corrupción, sobreendeudamiento, narcotráfico, secuestro, desinstitucionalización, violaciones) no han logrado sacudir su conciencia de demócrata a carta cabal, del político que llegó la cima en su tercera postulación para dejar huellas positivas de republicanismo y democracia, de respeto a los derechos humanos, de libertad de expresión, de independencia de los poderes del Estado. Ahora, desde la indiferencia prefiere escribir sobre temas┬á┬ábaladíes como “Las siete maravillas del mundo” (EL COMERCIO abril 29), cuando su voz de estadista y patriota puede ser┬á┬áoportuna, orientadora para los momentos críticos que vive el país, sin que esto signifique su retorno a la política activa.

O será que la frase┬á┬á“Después de mí el diluvio”┬áatribuida al Luis XV, rey de Francia, le encaja a Borja y su actitud en sus dos interpretaciones: a) Luego de haber cumplido mi sueño de ser presidente, la suerte del país no me interesa, yo me desentiendo del asunto; b) Se pone a la altura (bajeza) de la megalomanía de┬á┬áCorrea: Soy tan importante e imprescindible que mi ausencia será desoladora, trágica para la patria, comparable con la desolación posdiluvio. Dada la dimensión humana e intelectual de Borja, ninguna de las dos le┬á┬áencaja.

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