Casa-Mansión Villa María en disputa

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CIUDAD

La emblemática Casa-Mansión de Villa María, una edificación que data de 1900 y que durante décadas ha estado en el abandono, es hoy un escenario de un conflicto. Lo que debía ser un proyecto de recuperación patrimonial terminó derivando en un enfrentamiento por la propiedad del inmueble.

El histórico inmueble de Villa María vuelve al centro de la polémica en Riobamba.

La casa, reconocida por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) como bien protegido y con prohibición de lotización, habría sido intervenida dentro de un proceso de reordenamiento territorial impulsado por el Municipio de Riobamba, según la actual administración.

El alcalde John Vinueza anunció recientemente que el predio es de propiedad municipal y que será incorporado a los programas sociales de la ciudad. De hecho, durante la presentación pública del proyecto, la autoridad aseguró que la antigua “Casa Quemada” de Villa María “renacerá como la segunda Casa de Bienestar, destinada al encuentro y atención integral de nuestra gente”, dentro de una planificación territorial que contempla 18 plataformas urbanas para fortalecer el desarrollo social del cantón.

Sin embargo, las declaraciones del alcalde atraviesan nuevamente la polémica. Un trabajo de investigación encabezado por un historiador local reveló presuntas irregularidades en la comercialización del inmueble, y el heredero directo del antiguo propietario, José Falconí Raza, sostiene que el bien pertenece a su familia y no al Municipio. Según Falconí, existen documentos notariales, registros de propiedad y certificaciones legales que lo acreditan como único heredero de José Falconí Mariño, dueño original de la mansión.

“La Casa Villa María es parte del legado familiar. No tengo relación alguna con las personas que dicen ser propietarias ni con quienes han participado en acuerdos con el Municipio”, aseguró. El heredero ha mostrado documentación que, según indica, respalda su posición legal ante cualquier proceso administrativo o de transferencia, y ha cuestionado la falta de transparencia en las decisiones municipales.

“Estamos hablando de un bien patrimonial, con valor histórico para Riobamba. No puede ser tratado como un simple terreno urbanizable” dijo. A esta controversia se suma la aparición de otra familia Falconí, que también reclama titularidad sobre el inmueble y que, de acuerdo con versiones locales, habría sido considerada por el Municipio para recibir un rubro económico como compensación por la ejecución de los proyectos sociales planificados en la zona. La normativa vigente prohíbe expresamente cualquier modificación o intervención que altere su estructura original sin autorización previa de la entidad.

Mientras tanto, la Casa de Villa María, símbolo arquitectónico de la historia riobambeña, continúa en medio de un debate que pone sobre la mesa la delicada relación entre el patrimonio, la gestión pública y los derechos de propiedad.

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