SOCIEDAD
Desde hace 53 años, el tradicional barrio Cuba de Riobamba mantiene viva una de sus expresiones religiosas y culturales más representativas: el nacimiento y la novena del “Niño Cubanito”. Esta tradición, transmitida de generación en generación, se ha consolidado como un símbolo de fe, identidad barrial y encuentro comunitario durante la época navideña.
Cada noche, la novena se inicia puntualmente a las 19:00, con la presencia de los priostes, quienes lideran el acto litúrgico, y la participación de alrededor de 50 personas del público en general que se trasladan hasta el sector para formar parte de esta manifestación religiosa. Familias, vecinos y visitantes se congregan en un ambiente de recogimiento y devoción, fortaleciendo los lazos comunitarios.
El nacimiento del “Niño Cubanito” destaca por su magnitud y nivel de detalle, al contar con más de mil figuras que recrean diversas escenas bíblicas y costumbristas. Este montaje se ha convertido en un atractivo tradicional del barrio Cuba, no solo por su dimensión, sino por el esmero y dedicación con que es preparado año tras año.
Según relata Washington López Alarcón, presidente del Club Cuba y representante del Niño Cubanito, esta devoción tuvo un origen sencillo. “Nació de manera humilde, con cosas pobrecitas”, señaló, en alusión a que el nacimiento fue concebido como un reflejo del propio nacimiento de Jesús, caracterizado por la sencillez y la austeridad.
Una vez concluida la novena, la jornada continúa con la presentación de un grupo musical, generalmente un trío, que aporta un componente artístico y festivo a la velada. De esta manera, la tradición del Niño Cubanito combina fe, cultura y música, reafirmándose, tras más de cinco décadas, como un patrimonio vivo del barrio Cuba y de la ciudad de Riobamba.
