FICHAJE
Enner Valencia luego de marcar el gol con el que Ecuador derrotó a Argentina, prepara las maletas rumbo a México. A sus 35 años, el capitán de la Tricolor decidió volver al club que lo catapultó a la élite.
Valencia deja atrás un semestre opaco en el Internacional de Porto Alegre, donde las críticas por su irregularidad y la baja efectividad en el área terminaron erosionando su relación con la afición colorada.
El “Superman” ecuatoriano, llegó a Brasil con un cartel de referente internacional, terminó desgastado en un ciclo. Ahora, el atacante retorna a un escenario familiar. Su primer paso por Pachuca, en 2014, fue memorable; 18 goles en 25 partidos que lo llevaron directo a la vitrina del Mundial de Brasil y, posteriormente, a la Premier League.
El fútbol mexicano le abrió entonces la puerta grande y lo recibe de nuevo en el momento más maduro de su trayectoria. Pachuca, sexto en la tabla con 13 puntos en siete jornadas, apuesta por un delantero veterano que, si bien mantiene un instinto goleador probado, sus últimas apariciones en el fútbol brasileño dejaron muchas críticas.
La dirigencia hidalguense confía en que la experiencia y el hambre mundialista del jugador inclinen la balanza hacia lo primero. El contrato se cerró mediante una transferencia con el Inter de Porto Alegre, operación que avanza en el intercambio final de documentos.
Valencia viajará en las próximas horas a México para ponerse a disposición del cuerpo técnico y ser anunciado oficialmente como refuerzo de los Tuzos. La trayectoria del esmeraldeño es amplia, Emelec, Pachuca, West Ham, Everton, Tigres, Fenerbahñe e Inter de Porto Alegre.
Ahora, por primera vez, repite camiseta, un detalle que habla tanto de la confianza mutua entre club y jugador como de la necesidad de ambos de reencontrarse con versiones más plenas de sí mismos. El retorno de Valencia al Pachuca es, en definitiva, un cruce de caminos entre la nostalgia y la necesidad.
En ambos casos, la apuesta está hecha, Superman vuelve a México, y lo hace con la obligación de demostrar que todavía tiene goles en sus botines.
