Centro Deportivo Olmedo disputará su encuentro de hoy, sin la presencia de su hinchada. Así lo informó la dirigencia del club tras una resolución adoptada junto con las autoridades de seguridad, que determina que el cotejo ante Cisneros, se juegue a puerta cerrada.
La medida responde a los hechos registrados en el estadio Fernando Guerrero Guerrero durante el último compromiso, poniendo de manifiesto la falta de seguridad.
Aunque desde el club no se han revelado detalles sobre los incidentes ocurridos, se conoce de manera extraoficial que los altercados entre barristas tuvieron consecuencias graves, llevándose la peor parte, 2 hinchas del Ciclón.
Todo esto en un contexto delicado por el irregular presente del conjunto riobambeño, que busca con urgencia trascender en el ascenso como paliativo ante una etapa provincial con altibajos.
Riobamba es una ciudad donde el fútbol ha sido tradicionalmente un punto de encuentro social, y la afición riobambeña ha demostrado históricamente su acompañamiento al equipo de la ciudad.
El hecho de que se determine un partido sin espectadores, representa una pérdida, genera menos ingresos, menor visibilidad, y una ruptura en el vínculo emocional entre equipo y afición. Desde la dirigencia se insiste en que la medida tiene carácter precautorio y que se prioriza la integridad de jugadores, hinchas y trabajadores del club.
Sin embargo, es inevitable que surjan cuestionamientos sobre los mecanismos de prevención y control dentro de los estadios. En el fondo, este tipo de decisiones evidencian una vez más el frágil equilibrio en el que se mueve el fútbol nacional, especialmente en sus categorías inferiores o en instancias menos mediáticas.
Las sanciones, si bien necesarias en algunos casos, también deben venir acompañadas de estrategias de prevención. Castigar sin transformar solo retrasa el problema.
