INTERNACIONAL
Europa atraviesa una de las peores olas de calor registradas en los últimos años. Durante las últimas semanas de junio de 2025, países como España, Italia, Francia y Grecia han experimentado temperaturas que superan los 40 ┬░C, generando preocupación en autoridades locales y en comunidades migrantes, incluida la ecuatoriana.

Según reportes de medios internacionales y servicios meteorológicos, ciudades como Madrid, Roma, Marsella y Atenas han registrado niveles récord de calor. Las autoridades han declarado alertas rojas por riesgo extremo para la salud, especialmente en grupos vulnerables como adultos mayores, niños y personas con enfermedades crónicas. Muchos ecuatorianos que residen en estas ciudades han debido modificar sus rutinas para evitar exposiciones prolongadas al sol.
El fenómeno responde a la presencia de un fuerte anticiclón sobre el Mediterráneo, que ha bloqueado la llegada de sistemas frescos desde el Atlántico y ha facilitado la entrada de aire caliente desde el norte de ├üfrica. Esta situación, según expertos climáticos, se enmarca dentro de una tendencia creciente de eventos extremos como resultado del cambio climático global.
Organizaciones de migrantes y consulados ecuatorianos en Europa han emitido recomendaciones para protegerse del calor, entre ellas mantenerse bien hidratados, evitar salir en las horas más calurosas del día, usar ropa ligera y no dejar a niños o mascotas en vehículos cerrados. Además, se ha recomendado estar atentos a los canales oficiales de cada país para seguir las indicaciones de emergencia.
Ecuatorianos residentes en ciudades como Barcelona, Milán o París han compartido en redes sociales su preocupación por el fuerte calor, que ha llegado a afectar el transporte público, el suministro eléctrico e incluso la jornada laboral en ciertos sectores. Agricultores ecuatorianos en zonas rurales también han reportado afectaciones en cultivos debido a la sequía y altas temperaturas.
La Organización Meteorológica Mundial ha advertido que este tipo de fenómenos podrían repetirse con mayor frecuencia e intensidad en los próximos años. Por ello, tanto los gobiernos europeos como las comunidades migrantes deberán fortalecer sus planes de prevención y adaptación frente al calentamiento global que ya no es futuro, sino presente.