La dictadura somocista permaneció en el poder de la hermana república de Nicaragua cuatro décadas, al cabo de las cuales fue derrocada por la acción de los líderes┬á┬árevolucionarios de la época pertenecientes┬á┬áal┬áFrente Sandinista de Liberación Nacional┬á(FSLN), uno de los cuales fue Daniel Ortega Saavedra, actual presidente, devenido en un dictador sanguinario, al igual que Nicolás┬áMaduro, presidente de Venezuela, ambos engolosinados con el poder en que el quieren mantenerse a costa de la sangre y el sacrificio de su pueblo.
En Nicaragua, la protesta social en rechazo al gobierno de Ortega ha dejado cerca de 400 muertos y┬á┬áotros centenares de heridos.┬áLa vicepresidenta del Gobierno, Rosario Murillo, esposa del dictador, tuvo duros epítetos para los manifestantes. Los tildó de” golpistas malignos, siniestros, diabólicos, satánicos, terroristas”┬áa quienes había que eliminarlos, haciendo una limpia de la ciudad. ┬┐Qué pensará la excanciller ecuatoriana y actual Presidente de la Asamblea General de la ONU, cuando en campaña por captar tal dignidad, calificó como revolucionario símbolo a Ortega y su esposa?
┬┐Quiénes son los satánicos terroristas? Los miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, coalición integrada por┬á┬áestudiantes, obreros, campesinos, representantes┬á┬áde la sociedad civil, empresarios.
Los latinoamericanos, con los presidentes a la cabeza, debemos unir fuerzas para que la situación de Nicaragua y Venezuela tenga una solución pacífica en nombre de┬á┬ála paz, la democracia, la libertad. La sangre de los nicarag├╝enses y venezolanos lo exigen, el hambre y el exilio de miles de ciudadanos de la patria de Bolívar nos conminan. No, un rotundo no continental a la┬áindiferencia frente a las matanzas de Ortega en Nicaragua.┬áElecciones libres y democráticas es la salida.