Según el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEVAL) en el parámetro “Puntaje para postulación a la educación superior”, en el período 2016-2017, de 200 colegios analizados a nivel nacional (Vistazo N┬║ 1218) solo un 10 por ciento es fiscal, el resto (90 %) corresponde a instituciones particulares, fiscomisionales y municipales. La prueba Ser Bachiller la rindieron 265 mil estudiantes del tercero de bachillerato en 3.376 colegios del país. Al parecer, la recomendación que hacía el expresidente Correa en 2016,┬áen Guayaquil, no ha funcionado: “Que nadie busque una buena educación┬á┬áen los colegios caros…No somos inferiores a nadie y queremos llegar┬á┬áa ser los mejores┬á┬ádel mundo”… Soñar┬á┬áno cuesta nada.
En lo que respecta a Chimborazo, 9 unidades educativas figuran entre 200 a nivel nacional. Encabeza el “Jéfferson” en un honroso 12┬║ lugar entre los 200 mejores del Ecuador, seguido muy de lejos por el fiscomisional Santa Marian de Jesús (74) y el privado Nazareno (75). Entre los colegios de Chimborazo, en 4┬║ lugar se ubica el Pensionado Olivo (82 a nivel nacional), seguido del San Felipe (109), María Auxiliadora (127) Salesiano Santo Tomás Apóstol (191). Apenas dos colegios públicos de Riobamba figuran en este┬áranking, útil para establecer criterios de valoración: el colegio Nacional Chambo (142) y el Combatientes de Tapi (157).
Al tenor de estos datos, es evidente el retroceso de la educación fiscal, frente a las otras propuestas, tema que el Ministerio del Ramo debiera aclarar, tanto más cuanto la inversión en el sector ha sido significativa, pero que, al parecer no ha incidido en la calidad y calidez educativas, tan publicitadas en la década anterior, al igual que las escuelas del milenio. (19)
┬┐ A qué obedece la ”caída” de los colegios fiscales? El Ministerio de Educación informaba, a finales del 2017,┬á┬áque el 70 % de directivos de planteles educativos fiscales, es decir 4.174┬á┬áde 5.936,┬á┬áno cumplían┬á┬ácon todos los requisitos establecidos en la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI); prácticas ilegales que devinieron┬á┬áen ingresos sin concurso, masiva incorporación al magisterio de no profesionales de la educación, contratos provisionales, compadrazgos, prebendas políticas, pago de favores, etc., en definitiva, ausencia de verdaderos docentes.┬á┬áEsto, como era de esperarse, tuvo (tiene) un impacto negativo en la educación pública y, en muchos casos, atentó contra los escolares y los procesos educativos. Mucho más, si┬ála figura del docente fiscal quedó, minimizada, vilipendiada y,┬á┬ápor sus legítimas convicciones ideológico- políticas,┬á┬áfue calificada desde el poder de “tira piedras”, “desadaptados”.