oy,┬á12 de mayo┬á┬áse celebra el Día Internacional de la Enfermera, día clásico del gremio de miles de┬á┬ádamas de blanco.┬áLa tarea de la enfermera y┬á┬áenfermero es ardua y sacrificada, no muy┬á┬áreconocida e incomprensiblemente, poco valorada. No tendrá el prestigio y┬á┬ácompensación económica al igual que los médicos, pero la calidez y calidad con que dan su tiempo a los pacientes, les hace merecedoras de la gratitud y el afecto de quienes reciben sus atenciones. Y esto┬á┬áno tiene precio. Estas┬á┬áprofesionales no tienen horario de trabajo. Con sacrificio, empeño, alta sensibilidad humana, se arman a diario de mucha fortaleza┬á┬áen la atención┬á┬áa todos los pacientes, desplazándose como presteza de una sala a otra, y con una sonrisa a flor de piel, se dan modos para conversar con los pacientes, preguntar cómo se siente, qué les duele, dándole un trato familiar, de afecto y consideración. Y en medio de este trajinar a presión, deben cumplir al pie de la letra las indicaciones médicas de las que dependen vidas humanas.
Cuando un enfermo recibe una palabra de aliento, de estímulo, el calor┬á┬áde una compañía┬á┬ágenerosa, noble, que le prodiga┬á┬ácuidados,┬á┬ála persona que padece enfermedad siente una dimensión que trasciende lo meramente profesional.┬á┬áSiente que está con un ser humano, pleno de valores, de vocación que se conmueve ante el dolor del otro, pero que en medio de realidades crudas y a veces urgentemente trágicas, conserva la calma, la sangre fría, para afrontar la dolencia humana.
Todos los ecuatorianos-porque no habrá uno que┬á┬áno haya recibido atención profesional de enfermeras o enfermeros- rinden homenaje a quienes, más allá de su profesión, se dan por entero a servir a sus semejantes sin límites de tiempo.