Educativa Juan de Velasco por el sector de las canchas de Bellavista de esta ciudad con barra y espectadores┬á incluidos y lenguaje de arrabal. No se observa cómo terminó el lío y se desconoce si llegó la Policía para calmar la riña y separar a las bronquistas.
Lo que sí se conoce es que estas riñas callejeras de estudiantes de ambos géneros son frecuentes en diversos sectores de la urbe cercanos a las instituciones educativas en donde se dan cita para dirimir sus diferencias a puñetazo limpio. El diálogo y los buenos modales o simplemente comportamientos racionales de personas civilizadas se esfumaron en estos y otros escenarios estudiantiles y de la sociedad en general.
A propósito del video subido a las redes, ┬álos directivos del establecimiento educativo en mención emitieron un boletín de prensa en el que demandan y exhortan “a los medios de comunicación y personas particulares que manejan plataformas digitales que antes de publicar cualquier información sea previamente contrastada y verificada para evitar que se produzcan daños morales, sociales, civiles y educativos que empañan la imagen institucional y de quienes formamos parte sustancial de la misma”.
Más allá de que el escandaloso video sea de una riña ocurrida en junio del 2007 y de que con justa razón se condene y se rechace este “tipo de difusiones que atentan al prestigio y buen nombre de la institución que con imponderables méritos lo ha conseguido durante sus sesenta y dos años de vida institucional”┬á el deplorable suceso nos invita como sociedad a reflexionar sobre la necesidad de introducir cambios en la educación, en los comportamientos culturales, en la violencia┬á interpersonal que se genera en los modelos de crianza de las familias donde hay mucha violencia y, acaso, ┬áexceso de castigo a la niñez; en la valoración positiva del machismo que es ┬áhasta┬á bien visto, sobre todo, ┬ápor parte de los varones.
Sin descartar que este comportamiento de los estudiantes se lo debe enfrentar desde la educación y la cultura, hay que tener en cuenta que este tipo de riñas pueden estar asociadas al consumo de sustancias estupefacientes ligado a la cadena criminal de narcotráfico, fuente articuladora de mucha violencia.