PREMIOS
La gala de los premios The Best volvió a ser un termómetro del poder, las tendencias y también de las omisiones del fútbol mundial convocando a la élite del deporte, la ceremonia dejó una postal inédita desde 2007; Lionel Messi ausente de la lista de nominados, cortando una hegemonía que parecía inalterable.

En ese nuevo mapa, Ecuador tuvo presencia, Willian Pacho alcanzó el reconocimiento mayor; Moisés Caicedo, en cambio, quedó al margen. Uno entró al once ideal del año; el otro demostró que el brillo individual no siempre se traduce en premios.
Pacho fue incluido en el equipo ideal de la temporada, una elección que lo coloca directamente en la conversación de los mejores zagueros del planeta. Compartir línea defensiva con nombres como Virgil van Dijk, Achraf Hakimi y Nuno Mendes es una validación de rendimiento, regularidad y jerarquía en el máximo nivel competitivo. En una gala con la presencia del Paris Saint-Germain, club que también aportó al ganador del premio a mejor jugador, Ousmane Dembélé, y al mejor entrenador, Luis Enrique, el ecuatoriano no desentonó, se integró como una pieza central del relato.
El reconocimiento a Pacho confirma una tendencia que se viene consolidando desde hace tiempo. Su crecimiento sostenido, su adaptación al fútbol europeo y su protagonismo en escenarios de exigencia explican una elección que, esta vez, resulta difícil de discutir. La alegría por ver a Pacho en la cúspide se mezcló con la percepción de que Caicedo sigue pagando un precio silencioso, ser determinante sin ser siempre visible. La elección de Willian Pacho representa un premio personal, una señal de que el talento ecuatoriano puede abrirse paso en la élite sin necesidad de artificios.










