Por: Milica Pandzic
El pasado 16 de noviembre se realizó el segundo proceso de referéndum constitucional y consulta popular convocado por el presidente Noboa. Este incluyó temas que, durante la última década, se han presentado reiteradamente como “necesarios” y que solían contar con el respaldo de amplios sectores: entre ellos, permitir nuevamente la instalación de bases militares extranjeras y reemplazar la “Constitución correísta”. Sin embargo, los resultados fueron ampliamente desfavorables para el Gobierno.
Aunque sorpresivo, que la mayoría de ecuatorianos haya rechazado las propuestas del presidente Noboa puede tener varias explicaciones. Una es que las consultas populares están íntimamente relacionadas con el nivel de aprobación de los gobiernos que las impulsan. Y, a pesar de haber ganado recientemente la Presidencia, se evidencia un desgaste tras haber gobernado medio periodo sin aportar soluciones concretas al combate contra la inseguridad y el crimen organizado; además de varios fracasos legislativos, varias denuncias de corrupción, y aún más señalamientos de uso excesivo de la fuerza por parte de las FF.AA., incluidas denuncias de desapariciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales.
Se esperaría que estos resultados motivaran una reflexión interna y consecuentes medidas rectificatorias. Pero, lo que se ha visto hasta ahora, es una respuesta insatisfactoria por parte del Ejecutivo: una rotación de ministros que parecía más “el baile de la silla” que un verdadero cambio -tal vez la única decisión acertada para las circunstancias fue la designación del Dr. Enrique Herrería como secretario jurídico de la Presidencia- y la decisión de ausentarse del país hasta el año entrante.
Por tanto, resta por ver cuál será la siguiente estrategia del Gobierno (si es que existe una), pero por el momento cabe decir que el ausentismo es la respuesta menos apropiada para un país que necesita soluciones urgentes; especialmente cuando los ecuatorianos le negaron al Presidente sus aventuras constituyentes, reforzándole que hoy su mandato es gobernar y trabajar por el país.




