REPESCA
Dieciséis selecciones deberán atravesar un camino corto, semifinal a partido único y final del mismo formato, para asegurar un lugar entre los 48 clasificados. Una repesca diseñada para premiar la regularidad, pero que también expone las grietas de un sistema que obliga a históricos y emergentes a jugarse su futuro en 180 minutos.

Con 42 países ya confirmados para el Mundial, Europa ya recibió su calendario competitivo. Doce selecciones llegan como segundas de sus grupos eliminatorios, entre ellas potencias venidas a menos como Italia o Polonia y otras cuatro como premio consuelo de la Nations League, Rumania, Irlanda del Norte, Suecia y Macedonia del Norte, que pese a no haber logrado boletos directos tendrán una segunda vida en marzo. Italia vuelve a caminar por la cornisa.
Después de dos Mundiales consecutivos sin participación, la Azzurra deberá disputar una semifinal en casa frente a Irlanda del Norte, un rival que incomoda. Sin margen para el error y con la presión que solo un tetracampeón puede cargar, Italia enfrenta la necesidad de reivindicarse o profundizar su crisis. En la otra semifinal, Gales recibirá a Bosnia y Herzegovina en un duelo entre proyectos que orbitan la medianía competitiva, pero con la ambición de dar un golpe en los pronósticos.
El ganador de este encuentro será local en la final de la Ruta A, lo que podría convertirse en un impulso psicológico decisivo frente a quien sobreviva del choque italiano. Ucrania y Suecia protagonizan una de las semifinales más equilibradas del playoff. Dos selecciones combativas, modernas, capaces de sostener ritmos altos y con generaciones en transición. El vencedor será anfitrión en la final.










