El Chimborazo llega al cine con el estreno de “Shaman: Entre Dios y el Diablo”

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CINE

El volcán Chimborazo, símbolo de la identidad andina, sirve de escenario natural para la película “Shaman: Entre Dios y el Diablo”, una producción dirigida por el colombiano Antonio Negret. La cinta, que combina elementos de fe, misticismo y oscuridad, se estrenó el 30 de octubre en las salas de cine del país, destacando por su despliegue visual y su rodaje en locaciones ecuatorianas.

El rodaje de “Shaman” se realizó en la comunidad indígena de Pulingui, en las faldas del Chimborazo.

El filme narra la historia de un grupo de misioneros que llega a una comunidad indígena asentada a los pies del Chimborazo con la intención de evangelizar. Sin embargo, la misión se transforma en una pesadilla cuando su hijo es poseído por una fuerza sobrenatural, obligando a la familia a recurrir al chamán que habían rechazado.

La cinta aborda el conflicto entre la fe impuesta y las creencias ancestrales, en un entorno que refuerza la tensión espiritual y humana. “El Chimborazo no es solo un fondo escénico, es un personaje en sí mismo. Representa el poder de la naturaleza y el límite de la fe humana”, señaló Antonio Negret. La producción se filmó en Pulingui, comunidad indígena del cantón Riobamba, ubicada a más de 3.800 metros de altitud. El equipo técnico y artístico enfrentó condiciones extremas de frío, viento y escasa oxigenación, factores que, según sus productores, aportaron autenticidad a la atmósfera de la película. “El trabajo en altura fue un reto, pero también una experiencia transformadora”, expresó Luisa Recupero Negret, productora del filme.

“El entorno natural se integró por completo a la narrativa”. El director de fotografía, Daniel Andrade, destacó el uso exclusivo de luz natural para capturar la fuerza visual del paisaje. “Queríamos que el espectador sintiera el peso del volcán, su presencia constante. La luz del páramo se convirtió en parte de la historia”, explicó. Más de 80 familias de Pulingui colaboraron en el rodaje, prestando sus terrenos y participando como extras y asistentes.

“Contar con el apoyo de la comunidad fue esencial para lograr respeto y coherencia cultural”, añadió María de Los Ángeles Palacios, productora ejecutiva. El reparto combina talentos nacionales e internacionales. Entre los protagonistas destacan Sara Canning, Daniel Gillies, Jett Klyne y la actriz ecuatoriana Merci Lema, quien interpreta un papel central dentro de la historia. “Mi personaje me permitió explorar los límites entre la fe y la tradición, un tema muy vigente en nuestro país”, señaló Lema.

El director de casting, Nicolás Díaz Celga, explicó que la película incorpora diálogos en español, inglés y quichua, con el fin de mantener la fidelidad cultural de los personajes. “Esta diversidad lingüística no es decorativa; forma parte del mensaje de respeto a las distintas formas de ver y entender el mundo”, indicó. Con una duración de 1 hora y 38 minutos, la cinta está disponible en versiones subtitulada y doblada.

Más allá del género del terror, “Shaman: Entre Dios y el Diablo” se presenta como una exploración profunda de las creencias, el miedo y la identidad espiritual de los pueblos andinos. Antonio Negret, su director, utiliza el lenguaje del cine de horror no solo para provocar tensión, sino para abrir un espacio de reflexión sobre la eterna confrontación entre lo espiritual y lo racional. “Queremos que el espectador sienta miedo, pero también que cuestione sus propias convicciones”, señala Negret.

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